martes, 3 de enero de 2012

Muerte al arte, viva el comercio

Los recortes de fondos públicos ponen en evidencia un modelo de gestión que ha vivido 30 años en una realidad ficticia


El Centro Niemeyer cerró este mes de diciembre.-

El Centro Niemeyer cerró este mes de diciembre.-ELOY ALONSO

El año que termina para los museos españoles confirma la debilidad de una burbuja artística que parecía inagotable. Después de 30 años de carrera frenética por colocar este país lejos del apagón artístico y museográfico en el que le había dejado la dictadura, después de tres décadas invirtiendo en los medios (faraónicos) sin pensar en sus fines, después de haber vivido "una realidad ficticia y con un modelo insos-tenible", como apuntaba acer-tadamente Manuel Borja-Villel, director del Museo Reina Sofía, a este periódico en conversación con Manuel Fontán, director de exposiciones de la Fundación Juan March, los fondos públicos, asfixiados por la deuda nacional, han dado la espalda al proyecto artístico con un recorte del 30% en su aportación, tanto Ministerio de Cultura y comunidades autónomas como ayuntamientos.
El primer damnificado fue el Museo Chillida, que arrancaba el año con un candado. Pero a la lista del acoso y derribo se sumaron el centro Gustavo Torner de Cuenca (abierto en 2005) y el polémico cierre del Niemeyer en Avilés, entre otros. Si en 2010 los efectos de la depresión económica se notaron en la reducción del número de exposiciones, este año se ha cuestionado la propia supervivencia. En muchos casos, organizar una exposición de 30.000 euros, considerada de las "baratas", supone hoy el despido de una persona de plantilla. Incluso, referentes incontestables como el Círculo de Bellas Artes ha visto el peligro de cerca cuando Cultura quiso retirar su partida presu-puestaria aprobada y publicada en el BOE. Afortunadamente, la semana pasada saldaron deudas.
El Museo Chillida ya arrancaba el año 2011 con un candado
Sin embargo, las vacas flacas y un pacto de Estado agilizaron la aprobación de la ley propia del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS), que le permite mayor autonomía a la hora de gestionar su presupuesto e independencia en la búsqueda de financiación. Las líneas maestras de la ley, a las que tuvo acceso este periódico, especifican el carácter público de la institución, pero con la "incorporación de las prácticas del sector privado para que el museo sea un referente en lo artístico y en la gestión". Ha sido un año en el que las artes se han esforzado por reforzar su pacto con la empresa.

El Prado no se para

También el Museo del Prado ha reaccionado ante la merma de la aportación pública con una medida inédita en este país: abierto todos los días, incluso Semana Santa, convirtiéndose en el museo europeo con un mayor horario de apertura (3.542 horas al año). Tras un año de negociaciones con el sindicato, la dirección del Prado logró un acuerdo que le permitirá, según sus previsiones, una aportación de beneficios para financiarse hasta un 60% con recursos propios (un aumento del 15%). En estos momentos, la dirección del Museo Reina Sofía se encuentra en una negociación similar.
Organizar una exposición barata supone hoy despedir a una persona
Precisamente, en la pinacoteca nacional se produjo la noticia más esperada de 2011 y, probablemente, la más importante de los últimos 30 años, después de la llegada del Guernica: la exhibición de El vino de la fiesta de san Martín, de Pieter Bruegel el Viejo, tras casi un año de restauración después de su compra en 2010, por siete millones de euros. El paisaje de los excesos de la ebriedad de la fiesta, pintado a la prima sobre la tela, se muestra temporalmente en la Sala D, en un montaje que da a conocer el proceso de recuperación de la sarga con temple a la cola del siglo XVI, una técnica excepcional y delicada que hace de este cuadro una joya, que cuando lo adquirió el duque de Medinaceli se valoró por más del doble que lo pagado por Las hilanderas de Velázquez.
Aunque se blindó en falso, Cultura y su dirección general de Bellas Artes firmaron con las principales asociaciones profesionales de las artes visuales un plan estratégico para "consolidar y salvaguardar los recursos públicos" ante "la situación crítica por la que atraviesa" el sector. A lo largo del año se elaboró un plan, compuesto por siete líneas estratégicas, con la intención de crear un marco inédito en Espa-ña para apoyar el arte contemporáneo y la mejora de la situación sociolaboral de los creadores, en medio de los recortes presupuestarios.
Pero llegó demasiado tarde ante el adelanto de la celebración de las elecciones generales y en sus tripas toda reforma quedaba en manos de la intervención del Ministerio de Hacienda. Este periódico ha podido saber que el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, ya ha tenido contactos con las asociaciones interesándose por la viabilidad del plan auspiciado por Ángeles Albert, directora de Bellas Artes.
"Todas las acciones" de impulso y desarrollo quedan pendientes de hacerse bajo la supervisión de Hacienda, como la aplicación del IVA cultural reducido y unitario (al 8%) que demandan desde hace años los galeristas españoles. Un galerista recordaba que tienen la tasa que se les aplica a las pieles. Si las industrias culturales rinden un tributo del 9%, la compra de arte se grava con un 18% (después de la última subida este año). "No responde al patrimonio artístico y cultural", se quejaba el galerista en la edición 30 de ARCO.
El nombramiento de Carlos Urroz como director de ARCO para salvar el escollo de la edición anterior parece que ha funcionado: los mismos vendedores que se indignan con su IVA estaban contentos por ver una feria más seria y profesional. Es decir, más selectiva, con menos galerías y más profesional. "Hemos hecho mucha cultura, ahora hay que hacer comer-cio", resumía una galerista histórica el día de la apertura de la nueva era de la feria. Pero en el fondo, con esa frase anunciaba el cambio del modelo cultural del país: del conocimiento a la rentabilidad.

Las cuentas de Cervera

En ese sentido, Carmen Cervera se vio en la obligación de prorrogar por un año más la cesión de su colección al Estado español. Ante el panorama desalentador de las cuentas públicas, tomó la decisión a principios de 2011, ante el inminente cambio político en el país y tras una negociación muy áspera con Ángeles González-Sinde, de dejar la patata caliente a quienes aprobaron la compra de la colección de su marido, por 350 millones de dólares, en 1993.
Doce años después, Cervera vuelve a encontrarse con el entonces ministro de Educación y Cultura y hoy presidente de España, Mariano Rajoy, responsable de la ampliación del palacio de Villahermosa y de la firma del contrato de cesión, en 1999, que, inexplicablemente después de levantar un museo para esta colección, dejaba sin cerrar el destino de la misma una vez cumplido el plazo. Mientras, en Málaga, Cervera volvía a repetir la jugada con su colección menor y personal. Esta vez ha firmado una cesión de 15 años. Después, cuando se haya revalorizado gracias al amparo del museo público, ya se verá.
La inversión en conservación y protección del patrimonio volvió a verse recortada desde el Ministerio de Cultura y administraciones locales. Tal y como denuncia el sector, la situación de deterioro de los monumentos se agrava y los concursos para su recuperación son para el presupuesto más barato, marcado por las empresas no especializadas que ya no tienen obras en la construcción inmobiliaria. Las instituciones se han radicalizado en sus recortes y recursos. "Los peligros que debían eliminarse del monumento no se hacen por falta de conocimiento, y a cambio le hacen más daño", contaba a Público Gonzalo Rey, vicepresidente de la Asociación Española de Empresas de Restauración del Patrimonio Histórico.
Una de las grandes alegrías del año es el descubrimiento de los archivos fotográficos sobre la Guerra Civil y exilio de Guillermo Zúñiga, el padre del cine científico español. Tal y como adelantó Público, y salvando las distancias, nacía de aquellos documentos inéditos conservados en su casa familiar un nuevo Robert Capa, mucho menos crudo y sensacionalista que el gran fotógrafo húngaro. En estos momentos, no han arrancado las labores de clasificación de negativos, películas y documentos del archivo del artista que estuvo cerca de la cúpula del Gobierno de la II República.


fuente: publico.es
PEIO H. RIAÑO Madrid 29/12/2011 08:00