Más allá de las polemicas sobre aceleradores, costes económicos excesivos, explicaciones teológicas, lógicas o ilógicas.......es deber del arquitecto conocer el medio en el que desarrolla su actividad. Quizás el conocerlo hasta un nivel subatómico sea un poco excesivo pero dada la capacidad creativa y generadora del oficio, quién sabe si estos posibles descubrimientos generen una nueva forma de entender la arquitecura en un futuro, ya sea en la propia tierra o por qué no, fuera de ella.