Cuando se habla de Benidorm, nos viene a la cabeza vacaciones para jubilados, los pajaritos, sol, playa, pero sobretodo la idea de una construcción masiva y una saturación cementicia de la costa mediterranea.
Podríamos estar de acuerdo en que no es el ideal de lo que nos gustaría ver en cualquier litoral, pero el caso es que Benidorm ha conseguido con el paso de los años, tener cierta personalidad atrayente.... un poco.... la misma sensación que la tentación del pecado..... algo que no queremos mirar pero que nos atrae irresistiblemente y a lo que dedicamos cierta miradita de reojo cuando nadie nos ve.....yo lo confieso.